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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lección de Pistorius en Tanzania

Fuente: Marca.com (30/11/11 - 16:56)
El humildísimo estadio Sheikh Amri Abeid, situado en la falda tanzana del Kilimanjaro, con su césped descuidado, sus pistas agrietadas y sus desvencijadas gradas, acogió con un emocionante torrente de cariño la visita de Óscar Pistorius, que en su condición de embajador de la Fundación Laureus, llevó un cargamento de esperanza a tan remotas tierras africanas.
El atleta, campeón paralímpico de 100, 200 y 400 metros en Pekín, ofreció a dos centenares de niños tanzanos una imborrable lección de superación personal compartiendo con ellos, entre risas y bromas, una decena de actividades deportivas. Durante tres horas, todos olvidaron que el musculoso muchacho sudafricano, de gesto amable y sonrisa perpetua, sustituía con dos prótesis ortopédicas las piernas que le fueron amputadas siendo un bebé, debido a una malformación degenerativa.
Pistorius no se enfundó en el estadio tanzano sus prótesis transtibiales de fibra de carbono que le han convertido en un ejemplo para todos los deportistas con discapacidad; ésas prolongaciones de sus piernas, diseñadas en la empresa aeronáutica donde trabaja su padre, con las que vuela por el tartán y con las que espera conseguir —a partir de enero— la mínima para participar en los JJOO de Londres.
El sudafricano sudó bajo el implacable sol de Arusha, en territorio masái, con unas prótesis más discretas, que emulaban de forma impecable unas piernas normales. Adaptado a ellas perfectamente, y mientras jugaba con los necesitados niños tanzanos al fútbol, al voleibol, al atletismo... Pistorius estaba participando ya en la cita de Londres.
Su presencia en la región de Kilimanjaro obedecía a un ambicioso proyecto solidario, basado en el programa oficial de legado que dejarán los próximos Juegos, con el que se pretende que 400.000 niños de Tanzania encuentren en el deporte la herramienta necesaria para desarrollar habilidades de vida y de trabajo que les ayuden a mejorar su condición social.

AYUDAS EN 20 PAÍSES
Este programa de ayudas —denominado Inspiración Internacional y que globalmente se desarrollará en 20 países de todo el mundo— cuenta con el apoyo de la Fundación Laureus, una organización que aprovecha la fuerza del deporte para unir a los pueblos y ayudar a los más desfavorecidos. Pistorius aceptó sin reservas la llamada de Laureus para ejercer de embajador del proyecto: “Es una oportunidad única para dar a los niños acceso al deporte, lo que mejorará sus oportunidades educativas y aumentará sus aspiraciones de futuro”.
Pistorius ofreció un profundo mensaje motivacional ante la agradecida mirada de los muchachos sobre el maltrecho césped y de las autoridades locales y nacionales sentadas en el modestísimo palco: “A través de este programa usaremos el deporte para enseñar a los jóvenes sus derechos, educarlos en el respeto y aumentar su confianza”.
Laureus e Inspiración Internacional cuelgan así, simbólicamente, la primera medalla de oro de Londres 2012 sobre el cuello de Tanzania, un país asolado por una altísima mortalidad debido al sida y la malaria, y con un alarmante índice de abandono escolar.
Los responsables del proyecto no podían haber encontrado nadie mejor para instruir a los chavales en el concepto de superación personal. Pistorius dejó a todos boquiabiertos con su pasmosa facilidad para correr y saltar, ignorando las malas condiciones del suelo y usando sus piernas artificiales con una destreza que dan ganas de ovacionarle constantemente.
El momento cumbre llegó cuando saltó al campo de fútbol y corrió, se desmarcó, regateó y chutó con un nivel de calidad realmente notable. “Adoro el fútbol”, comentó para explicar la pasión que pone con el balón en los pies.
Tras recordar el vínculo afectivo que, tras el Mundial, unirá ya para siempre a España con su país, Sudáfrica, aseguró: “Me encanta la selección española, es un equipo repleto de muy buenos jugadores. Son fantásticos”. Y mientras se despedía de los niños tanzanos, confiado en que este proyecto solidario dé los frutos previstos, Pistorius hizo frente a la pregunta del millón: ¿Cristiano o Messi? El atleta, apodado Blade Runner dudó un instante: “Mmmmm... Messi, ¿no?”
Exhausto pero visiblemente satisfecho, el sudafricano abandonó Kilimanjaro con destino a Johanesburgo. Su próxima escala: lograr la mínima para Londres 2012.

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