Héctor Figueroa Solano es un invidente que cada que habla corrige a sus interlocutores. Él no padece ceguera, él dice: “Yo vivo mi discapacidad”. Él no es una persona con capacidades diferentes, él señala: “Soy una persona discapacitada”. Él no pide sobreprotección porque esa “es una manera de discriminar”. Por eso le gusta que le exijan en su trabajo y confía en que los Juegos Parapanamericanos “marquen el inicio de un cambio en la perspectiva que tienen las personas de nosotros, los discapacitados”.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) presentó ayer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) en México, cuyos resultados se centraron en las zonas metropolitanas de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Dentro de los datos más significativos, que causaron mayor debate, es que de la población nacional, 34.6% está en “desacuerdo” o “muy en desacuerdo” con que se dé trabajo a una persona con discapacidad física cuando en el país hay desempleo, siendo Guadalajara la que expresa mayor discriminación a este grupo de personas.
“En la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la mayoría (56.1%) manifiesta estar de acuerdo, seguida de Monterrey, con 46.8%. Resalta que la diferencia del promedio nacional, en Guadalajara, 54.2% de la población señala estar en desacuerdo con esa frase”.
Otros datos que arroja el informe es que en Guadalajara habita el imaginario colectivo de que las personas no respetan las zonas preferentes para personas con discapacidad. Según las gráficas de Enadis, 93% de la población cree que esos lugares son utilizados por personas que no son discapacitadas. Además de los datos en virtud del grupo de personas con discapacidad, el informe revela otras zonas de intolerancia hacia grupos que se reconocen como vulnerables. Por ejemplo, en Guadalajara 65% de la población cree que las preferencias sexuales de las personas provocan divisiones con la gente. A la pregunta de si permitiría que una persona, lesbiana u homosexual, viviera en su casa, el promedio nacional que lo rechazaría es de 44%, siendo el sector más vulnerado; seguido de personas con VIH/Sida, extranjeros, personas con ideas políticas distintas, de otra cultura o etnia.
“Nos llama la atención que Guadalajara es una ciudad que se sale del promedio nacional en el aspecto de tolerancia hacia las personas con discapacidad. Hoy precisamente esgrimíamos las hipótesis con instituciones educativas, y una de esas es que en ciudades como Monterrey o la Ciudad de México las políticas públicas de adecuación de la infraestructura urbana ya tienen un avance”, dijo Ricardo Bucio Mujica, director del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
“Urge un debate público donde se ponga en la agenda la falta de adecuación de la infraestructura urbana para personas con discapacidad”.
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